Di Pinto, Elena. Cervantes y el hampa: paseo por la lengua de los bajos fondos. Culturas Populares. Revista Electrnica 2 (mayo-agosto 2006).

http://www.culturaspopulares.org/textos2/articulos/dipinto.htm

ISSN: 1886-5623

 

 

 

 

Cervantes y el hampa: paseo por la lengua de los bajos fondos

 

Elena Di Pinto

Universidad Complutense de Madrid

 

Resumen

La germana(lxico de los delincuentes) es uno de los registros en los que se expresan los contemporneos de Cervantes. En su paso de la calle a la literatura sufre transformaciones y, aunque siempre inserta en los gneros de la risa, tiene variantes entre una modalidad y otra, entre un autor y otro. Este trabajo habla de cmo usa y cmo crea Cervantes la germana; en qu momento escribe y qu le impulsa para hacer esos cambios. Tambin se esboza la pervivencia de este lxico en la actualidad, tanto en el lenguaje standard como en la marginalidad madrilea o bonaerense.

Palabras clave

Germana. Jacarandina. Crcel Real. Cristbal de Chaves. Juan Hidalgo. Rodrigo de Reinosa. Lope de Rueda. Neologismos.

 

Abstract

Germana (thieves slang) is one of the registers in which Cervantes contemporaries spoke. In passing from the street to the page it underwent certain permutations, which, while never placing it outside the comic mode, did lead to distinct variants, those which arose in the different genres and those wrought by different authors. This study discusses how Cervantes invented his Germana and what he used it for, at a particular moment in his life and why. The contemporary survival of this vocabulary in every day speech and in "low" life both in Madrid and Buenos Aires, is also considered.

Key Words

Thieves. Slang. Prison. Cristbal de Chaves. Juan Hidalgo. Rodrigo de Reinosa. Lope de Rueda.

 

 

Este artculo es la ampliacin de una comunicacin que di en febrero del 2005 en la Universidad de La Sapienza de Roma, en el marco de un congreso sobre Cervantes[1]. La idea para el tema haba surgido de mi remota y actual colaboracin con el Centro de Estudios Cervantinos para la Gran Enciclopedia Cervantina con el fin de rastrear, documentar y definir las voces de germana que figuran en las obras de Cervantes. De ah que retome hoy el hilo, ya que mi investigacin sigue avanzando, racheada, desde el ao 2004, pues a lo largo de mi colaboracin con la G.E.C. van producindose algunos hallazgos, datos novedosos y/o reveladores para comprender los mecanismos de creacin y utilizacin de la germana por parte de Cervantes.

A modo de somera introduccin recordar que la germana, adems de ser la junta de rufianes y jaques, es la lengua, o mejor an, la jerga o jerigonza que hablan los maleantes, rufianes, pcaros, hampones y delincuentes en general, tanto en su "vida libre" como en la crcel. Resulta interesante la definicin que da Covarrubias en su Tesoro s. v. 'ALEMANIA': Germana, el acento en la penltima, es el lenguaje de la rufianesca; dicho as o porque no los entendemos, o por la hermandad que entre s tienen. La palabra viene del latn vulgar 'GERMANUS', hermano. A principios del siglo XVI la Germana era la 'hermandad formada por los gremios de Valencia y Mallorca que promovieron una guerra contra los nobles'; a partir de Valencia, ciudad en que se haba desarrollado enormemente la mala vida, el trmino se extiende como uso traslaticio para designar a la gente del hampa y su jerga. Y desde Valencia los "hablantes" se esparcieron por la geografa espaola hasta alcanzar la Meca del hampa: Sevilla. Rodrigo de Reinosa en sus Romances, Feliciano de Silva en su Segunda Celestina y Juan Hidalgo en su Vocabulario y en los Romances divulgan este trmino ('germana') as como 'germano' y 'germn' para el rufin, 'germana' para la prostituta y 'germnico' y 'germanesco' para designar lo que es relativo a la germana.

El lenguaje de la germana, (jacarandina o algaraba), nacido como jerga sectorial de una sociedad hampesca, est hecho para que los miembros de la justicia y las incautas vctimas no comprendan lo que aquellos se dicen ni lo que conciertan. Es por ello que este lenguaje crptico evoluciona y cambia continuamente, se renueva en cuanto los trminos se han extendido o se han vuelto comprensibles para los que no pertenecen al hampa. Algunas veces queda vigente la misma palabra pero se le adjudica otro significado, y otras se escoge un sinnimo nuevo a partir de asociaciones de ideas sobre las que se construyen metforas. Como bien explica Jos Luis Alonso Hernndez[2] la 'germana' tiene un matiz de oralidad, de la viveza de la jerga hablada, mientras que la 'jacarandina' es la representacin escrita de la germana en las jcaras, breves composiciones en verso recitadas o representadas por lo general al final de las comedias, con un componente musical muy destacado, y que tenan como personajes a la gente del hampa. Alonso Hernndez aade que esta representacin escrita poda estar muy alejada de su utilizacin oral, pues las imitaciones jocosas y burlescas de los lenguajes marginales son frecuentes. Dicho de otra manera, en las jcaras hay una fosilizacin de la germana, una "congelacin de la imagen" en la que se vierte, a modo de caricatura, todo el saber germanesco del autor.

Est claro que este filn es empleado por muchos escritores auriseculares y destinado a obras burlescas, picarescas, satricas, tanto en verso como en prosa, pero siempre dentro del gnero de la risa, dado el jaez de los personajes que hablan as, pues jaques y putas dan poco lugar —para decirlo con palabras de Lope— a versos duros, sacerdotales y exquisitos. No obstante hay que subrayar, como he esbozado, que este lenguaje se hace literatura en las pginas de Reinosa, Hidalgo, Rojas Villadrando, Salas Barbadillo, Mateo Alemn, Quevedo, Cervantes y muchos otros.

La pervivencia de este lenguaje alcanza hasta nuestros das, lo cual resulta comprensible: siempre que haya marginalidad habr un cdigo cifrado. Por poner dos breves ejemplos, el cheli del Madrid del siglo XX tiene muchas palabras en comn con la germana del Siglo de Oro (la mayor parte de las metforas estn tomadas de Cervantes y Quevedo; muermo, amuermarse, abrirse, basca, estrecha, calcos, cantar, crudo, china, madero, mogolln, mono, rollo, sobar, etc.); lo mismo sucede con el lunfardo en el Buenos Aires del tango y de la Boca, una curiosa mezcla de la germana exportada por los galeotes y bellacos allende los mares, italiano de la norma (bochar, facha tosta, furbo, gamba,) y dialectal, transformado en el llamado cocoliche[3] (dado por los emigrantes idos a Argentina: sobre todo napolitano y siciliano desde el sur de Italia, piamonts y vneto desde el norte) y algunas voces indgenas (entre ellas 'gaucho', del guaran), as como expresiones del francs y del ingls; se trata pues de una especial y fructfera mescolanza o koin la que da lugar al lunfardo, que conserva voces de la germana del Siglo de Oro como boln, boliche, bodrio, fajar, gato, gavin, gancho, garabito, mondongo, palanqun, palmar, trucha, y otras muchas.

Ni que decir tiene que el gran maestro de letras que es Cervantes manej con sutileza y mltiples matices esta maravillosa lengua castellana como fiel cronista de su poca; entre los ms variados registros que emple est la germana, en la que, en parte por experiencia y en parte por ciencia, escribi varias de sus obras o por lo menos las "adorn" con muestras de ella: desde el Quijote (tanto en la primera como en la segunda parte), a algunas de las Novelas ejemplares (como Rinconete y Cortadillo, El coloquio de los perros, La gitanilla, La ilustre fregona ...), as como en el entrems de El rufin viudo llamado Trampagos y algunas de sus comedias entre las que figuran El rufin dichoso y Pedro de Urdemalas. No faltan casos aislados de obras en las que aparece algn trmino germanesco (el Persiles, La Gran Sultana, El licenciado Vidriera, El retablo de las maravillas) pero siempre en un contexto bien acotado y como "condimento" del discurso. Cervantes disemina en estos casos a varios de sus personajes en una "cuerda de presos" o por la Crcel Real de Sevilla en la calle de la Sierpe, con su famoso mesn, sus garitos, imprentas, sus mercaderes, coimas y gente de todo pelaje, por el Comps, por la Venta del Molinillo... la escena est servida.

Hay que recordar brevemente que Cervantes estuvo en la crcel de Castro del Ro en 1592 y en la de Sevilla en 1597 y quiz tuvo otra breve "estancia" en el calabozo en 1602. No menos memorable es el hecho de que por esa poca se poda acabar en prisin por mltiples razones: deudas, como es el caso de Cervantes, pendencias, hurtos, prevaricaciones, asesinatos, raptos, falta a la palabra dada de casamiento, estafas, prostitucin, juego ilegal (haba algunos juegos de naipes que estaban permitidos y otros que no, y por supuesto trampas y fulleras eran desterradas), tercera, sodoma, etc., pero se trataba de presos normales, sin muchas "posibilidades monetarias"; en las crceles inquisitoriales, bastante ms duras, se penaban no slo los delitos y desviaciones contra la fe, muy sutilmente enhebrados, amn de hechiceras, blasfemias, inmoralidades de todo gnero, etc., sino que por lo general "se ocupaban" de presos acomodados a los que habitualmente los inquisidores "necesitaban" desposeer de su caudal; no era ste el caso de nuestro autor. En esas visitas carcelarias Cervantes tuvo ocasin de entablar amistad con Cristbal de Chaves, que desde 1585 a 1597 fue abogado en la Real Audiencia de Sevilla y tena su vaivn entre los Tribunales y la Crcel Real; tuvo contacto tambin con Mateo Alemn, con el que probablemente coincidi en Italia aos antes, en 1569, cuando l era camarero de monseor Giulio Acquaviva; coincidi con Alonso lvarez de Soria (noble y sin embargo hampn, y por aadidura poeta) y con delincuentes de todo tipo, algunos de ellos de renombre y trapo. Sin duda alguna entretena su encierro con conversaciones, notas, intercambio de papeles, escritura y dems intendencias.

Yendo en orden cronolgico, en 1605 Cervantes utiliz una germana distinta a la que emplea en las Novelas Ejemplares de 1613 y sobre todo diferente a la de sus obras teatrales (el entrems El rufin viudo llamado Trampagos y la comedia de El rufin dichoso en 1615). Casualmente el uso profuso de la germana es inversamente proporcional a su experiencia vital, ya que es mayor la ciencia que la experiencia, o dicho de otro modo, sus obras estn impregnadas ms de sus lecturas que de sus vivencias; cuanto ms lejos est de su etapa entre rejas ms abundante y fluido es su lxico marginal. El Vocabulario de germana de Juan Hidalgo de 1609 marca un antes y un despus en la germana de Cervantes. Jos Luis Alonso Hernndez[4] afirma que el Vocabulario est elaborado por Cristbal de Chaves y lo publica Juan Hidalgo. No faltan estudiosos (Rodrguez Marn[5], Csar Hernndez Alonso y Beatriz Sanz Alonso[6], Jos Gobello[7]) que presentan la hiptesis de que este Juan Hidalgo, del que nada se sabe, es en realidad Cristbal de Chaves, procurador que desempeaba sus funciones en la Crcel Real de Sevilla precisamente cuando Cervantes estuvo en ella. Por esos aos Chaves escribi las dos primeras partes de su Relacin de la Crcel de Sevilla, 1597, y en 1598 se orden sacerdote. Puede que en las "altas esferas" no gustaran mucho las descripciones descarnadas de la situacin de los presos, unidas a la carga crtica que rezumaban las pginas de Chaves, y ello le "obligara a reconvertirse" ordenndose sacerdote y publicando bajo pseudnimo su Vocabulario y sus Romances de Germana, es decir, bajo el pseudnimo de Juan Hidalgo, casi como decir John Smith, nombre genrico. Los lingistas Csar Hernndez Alonso y Beatriz Sanz Alonso demuestran adems que hay determinadas voces germanescas que slo figuran en la Relacin y en el Vocabulario, por lo que el autor ha de ser la misma persona[8]. Queda claro, bien fuera Chaves o Hidalgo el autor, que Cervantes vio, ley, cat y reelabor ese Vocabulario, esa Relacin, esos Romances. A modo de ulterior recordatorio he de mencionar que algn estudioso[9] atribuy a Cervantes la autora del entrems de La Crcel de Sevilla, elaborado al amor de la Relacin, as como la tercera parte de la Relacin de la Crcel de Sevilla. A pesar de todo el entrems sigue annimo, aunque tambin se baraj la posibilidad de atribuirle la paternidad a Rojas Villadrando[10], que en su Viaje entretenido dio a raudales pruebas de pericia germanesca. 

Para centrarme en lo que aqu me importa y analizar el uso jergal de nuestro autor, bien se echa de ver que en la primera parte del Quijote la germana de Cervantes es ms contenida y standard, y el autor "justifica" ese lenguaje impartiendo una "leccin" en el captulo 22 a travs de los galeotes:

 

[] concluyse la causa, acomodronme las espaldas con ciento, y por aadidura tres precisos de gurapas, y acabse la obra. —Qu son gurapas?— pregunt don Quijote. —Gurapas son galeras— respondi el galeote. [] Lo mesmo pregunt don Quijote al segundo, el cual no respondi palabra, segn iba de triste y malencnico, mas respondi por l el primero y dijo: - Este, seor, va por canario, digo, por msico y cantor. - Pues cmo? -replic don Quijote-. Por msicos y cantores van tambin a galeras? - S, seor -respondi el galeote- que no hay peor cosa que cantar en el ansia. - Antes he yo odo decir -dijo don Quijote- que quien canta sus males espanta. - Ac es al revs -dijo el galeote-, que quien canta una vez llora toda la vida. - No lo entiendo -dijo don Quijote. Mas una de las guardas le dijo: - Seor caballero, cantar en el ansia se dice entre esta gente non santa confesar en el tormento. A este pecador le dieron tormento y confes su delito, que era ser cuatrero, que es ser ladrn de bestias, y por haber confesado le condenaron por seis aos a galeras, amn de docientos azotes que ya lleva en las espaldas; y va siempre pensativo y triste porque los dems ladrones que all quedan y aqu van le maltratan y aniquilan y escarnecen y tienen en poco, porque confes y no tuvo nimo de decir nones. Porque dicen ellos que tantas letras tiene un no como un s. [] Pas don Quijote al cuarto, que era un hombre de venerable rostro, con una barba blanca que le pasaba del pecho; el cual, oyndose preguntar la causa por que all vena, comenz a llorar y no respondi palabra; mas el quinto condenado le sirvi de lengua y dijo: - Este hombre honrado va por cuatro aos a galeras, habiendo paseado las acostumbradas, vestido, en pompa y a caballo. - Eso es -dijo Sancho Panza-, a lo que a m me parece, haber salido a la vergenza. - As es -replic el galeote-, y la culpa por que le dieron esta pena es por haber sido corredor de oreja, y aun de todo el cuerpo. En efecto, quiero decir que este caballero va por alcahuete y por tener asimesmo sus puntas y collar de hechicero.[11]

 

A lo largo de la primera parte tan slo hay algn momento con Maritornes y el ventero, en los captulos 32 y 43 en los que aparece errticamente la germana con voces tan usuales como: 'ansia', 'belitre', 'blanco', 'calles acostumbradas', 'coima', 'corredor', 'cuatrero', 'cuerda', 'garrucha', voces que por lo general hacen referencia a las penas y castigos aplicados a los reos. Como curiosidad he de mencionar que los sinnimos de 'puta' en el lxico marginal son cuantiosos (respeto, tributo, yegua y vaca, coima, manceba, iza, marquiza, olla, tronga, marca, daifa, piltraca, putarazana, ramera, cobertera, musa del calco, godeas, trucha, abadejo, gusarapa, buscona, tusona, tomajona, recatona del sexto, recoleta, regatona, sellenca, sota, barragana, cortesana, germana, tributaria, concubina, y un largo etctera), pero Cervantes emplea un corto nmero de ellos. En general hace sus propias creaciones a partir de una metfora y con tono eufemstico las llama: 'damas del vicio' (Persiles), 'seoras del trato' (El rufin dichoso), 'mozas del mismo jaez o del mismo oficio' (Rinconete y Cortadillo), 'mujercillas'(El coloquio de los perros), 'dama cortesana' (primera parte del Quijote), 'jifera dama' (El coloquio de los perros), 'dama de todo rumbo y manejo' (El licenciado Vidriera) o 'semidoncellas', como ocurre en el cap. 43 de la primera parte del Quijote.

En 1613, ao de la publicacin[12], Cervantes retoma su "leccin de germana" en una de sus Novelas Ejemplares, Rinconete y Cortadillo. Casi al principio de la novela Rinconete y Cortadillo topan con un esportillero que les abrir los ojos (y odos) y har de "maestro de ceremonias":

 

—Dganme, seores galanes: voacedes son de mala entrada, o no? —No entendemos esa razn, seor galn—respondi Rincn. —Qu no entrevan, seores murcios? —respondi el otro. Ni somos de Teba ni de Murcia -dijo Cortado-. Si otra cosa quiere, dgala; si no, vyase con Dios. -No lo entienden? —dijo el mozo—. Pues yo se lo dar a entender, y a beber, con una cuchara de plata: quiero decir, seores, si son vuesas mercedes ladrones. []

 

Se dirigen los tres juntos a la aduana de Monipodio y van hablando por el camino; el esportillero les va diciendo otros nombres germanescos de penas ('finibusterrae'=horca, 'envesados'=azotados, 'gurapas'=galeras) y al no comprender Rinconete y Cortadillo palabra alguna les aclara:

 

-Comencemos a andar, que yo los ir declarando [los significados] por el camino —respondi el mozo—, con otros algunos, que as les conviene saberlos como el pan a la boca. Y as, les fue diciendo y declarando otros nombres de los que ellos llaman germanescos o de la germana []

 

Prosiguiendo con su leccin el mozo pondera las bondades de pertenecer a la "cofrada" de Monipodio, ya que brinda proteccin, consejo, "buenas y devotas costumbres", gobierno y orden a los maleantes sevillanos:

 

porque los das pasados dieron tres ansias a un cuatrero que haba murciado dos roznos, y con estar flaco y cuartanario, as las sufri sin cantar como si fueran nada. Y esto atribuimos los del arte a su buena devocin, porque sus fuerzas no eran bastantes para sufrir el primer desconcierto del verdugo. Y, porque s que me han de preguntar algunos vocablos de los que he dicho, quiero curarme en salud y decrselo antes que me lo pregunten. Sepan voacedes que cuatrero es ladrn de bestias; ansia es el tormento; rosnos, los asnos, hablando con perdn; primer desconcierto es las primeras vueltas de cordel que da el verdugo. Tenemos ms: que rezamos nuestro rosario, repartido en toda la semana, y muchos de nosotros no hurtamos el da del viernes, ni tenemos conversacin con mujer que se llame Mara el da del sbado.[13]

 

En el resto de la novela ejemplar se suceden con naturalidad los trminos de esta jerga ya sin mayores explicaciones.

He de subrayar que Cervantes emplea la voz 'germana' y 'germanesco', como se ha visto, slo en Rinconete y Cortadillo; la voz 'jacarandina' en El rufin dichoso y 'jcara', unas veces con el sentido de 'lengua del hampa' y otras de 'vida que llevan los rufianes', como sucede en La ilustre fregona, en El coloquio de los perros y en El rufin dichoso.

Tras estas dos clases magistrales que nos ofrece don Miguel, en las dems Novelas Ejemplares y en la segunda parte del Quijote, y en medida exponencial en el entrems de El rufin viudo llamado Trampagos[14], usar la germana directamente, sin prembulos, de manera abrupta y creando en ocasiones sus propias palabras jergales: es el caso de 'canario', que es el reo que confiesa su delito, normalmente en el potro de tormento; la metfora cervantina viene del canto del pjaro: as como canta el canario (ave) "canta" (confiesa) el reo bajo tortura; en el Vocabulario de Juan Hidalgo este concepto se expresa con la voz 'cantor'. Me parece interesante resear algunos neologismos cervantinos: las 'casas movedizas' que estn en Pedro de Urdemalas son las 'galeras', que son las moradas de los galeotes y son movedizas porque navegan. El 'delinque'[15] que aparece en El rufin dichoso es el 'delincuente' o, ms especficamente, el 'rufin';  en este caso se trata de una abreviatura por razones mtricas, debido a la medida del endecaslabo, pero el verso est puesto en boca del segundo corchete y la finalidad de Cervantes con este delinque estriba en hacer ms expresivo el lenguaje del alguacil y darle un aire germanesco, pues los corchetes  andaban muy mezclados con los hampones, a menudo "untados" por ellos y "frecuentaban" su lengua. Otra de las creaciones de don Miguel es 'buzaque',[16] o sea 'borracho', 'beodo', empleado en la Comedia famosa de la entretenida; en este caso se trata de una metonimia que viene del rabe ab zaqq, 'el del zaque', el del odre. De hecho 'zaque' es el borracho perdido o 'cuero', voz que ya figura en El rufin dichoso; lo que hace el artculo incluido en 'buzaque' es crear un borracho superlativo, EL borracho por antonomasia. Amn del cmulo de sinnimos que veamos para definir a las coimas est tambin la designacin de su profesin o ejercicio que para Cervantes se convierte en el 'arte aviesa', de nuevo en El rufin dichoso, un delicioso eufemismo. Resumiendo, la cantidad de neologismos cervantinos es mayor en las obras escritas despus del Vocabulario de Hidalgo-Chaves que en las anteriores; a ello habra que aadir que la calidad, o sea, la manera de construir esos neologismos se basa a menudo en asociaciones de ideas, vueltas de tuerca, ironas a partir de las frmulas recogidas por Juan Hidalgo, menos por lo que se refiere al campo semntico de las aviesas coimas. Como deca al principio, la germana de Cervantes se enriquece y hace fluida ms tarde, por lo cultural ms que por lo vital, por los libros ms que por su conocimiento directo en la Crcel Real.

Vase, como  apunte interesante, la lista de vocablos que refiere Lope de Rueda en uno de sus Pasos, y que difiere en varias voces y matices del Vocabulario de Juan Hidalgo, de cincuenta aos ms tarde:

 

Caorla: Soy muy contento. Estad atentos, hijos mos. Nosotros los cursados ladrones llamados a los apatos, calcurros ('calcos' en Juan Hidalgo); a las calas, tirantes ('alares' y 'cscaras' en J.H.); al jubn, justo ('apretado' en J.H.); a la camisa, lima; al sayo, aro ('sarzo' en J.H); a la capa, red: al sombrero, poniente (tambin 'fieltro'); a la gorra, alturante; a la espada, baldeo; al pual, calete ('descuerna-padrastros' en J.H.); al broquel, rodancho; al caxco, assiento; al jaco, siete almas; a la saya de la muger, campana; al manto, serncalo; a la saboyana, clida; a la svana, paloma ('alba' en J.H.); a la cama, piltra (en J.H. 'piltra' y tambin 'trinquete'); al gallo, canturro ('capiscol' en J.H.); a la gallina -tened cuenta, hijos mos, tiene quatro nombres- gomarra, pica en tierra, cebolla y piedra. (en J.H. 'gomarra' y 'piedra')[17]

 

Otro ejemplo que puede resultar ilustrativo para demostrar la renovacin de este lenguaje con el fin de salvaguardar del secretismo, es la denominacin de la casa de lenocinio, segn las pocas y los autores; hacia 1520 Rodrigo de Reinosa la llama 'gualta'[18], y es el nico que la nombra de esta manera; en 1534 Feliciano de Silva en su Segunda Celestina dir 'gualtera', en 1609 Juan Hidalgo la transforma en 'guanta', trmino secundado por Quevedo en su baile Los valientes y tomajonas y ms tarde, en 1636, lo hallamos en un romance de Juan de Gamarra[19]. Cervantes no toma esa voz, probablemente inflacionada para su criterio, y habla genricamente de la 'manceba' y ya, ms especfica y originalmente, del 'Comps', que es concretamente la manceba de Sevilla. Vemoslo:

 

Cruz a fray Antonio: Cierto que pone mancilla/ver que el demonio maldito/le trae las ollas de Egipto/en lo que dej en Sevilla./De las cosas ya pasadas,/mal hechas, se ha de acordar,/no para se deleitar,/ sino para ser lloradas;/de aquella gente perdida/no debe acordarse ms,/ni del Comps, si hay comps/do se vive sin medida.[20]

 

Cervantes emplea este neologismo en varias de sus obras: hasta tres veces en la citada comedia de El rufin dichoso, pero tambin lo usa en la primera parte del Quijote, en la novela de La ilustre fregona y en el Viaje del Parnaso.

Reinosa denomina a la garganta 'moflidera', y es el nico que la llama as, sin embargo tanto Juan Hidalgo como Cervantes dicen 'gorja'.

El bodegn o taberna en Rodrigo de Reinosa es el 'registro' y en Juan Hidalgo y Cervantes es la 'ermita'.

Tras ms de media centuria se comprende que los trminos hayan cambiado en Hidalgo, por mucha fosilizacin que implique el hacer literatura de ellos; es entre otras cosas (y lecturas) ste el motivo por el cual la germana de Cervantes coincide esencialmente con la de Juan Hidalgo; en contados casos deforma ligeramente la voz que le llega: de 'cicatero' o ladrn de bolsas, Cervantes hace un 'cicateruelo'. Ese sufijo despectivo adocena a los "tironeros" de Zocodover en La ilustre fregona.

La diferencia entre Juan Hidalgo o Rojas Villadrando y Cervantes es que aquellos escriben sus obras EN germana, mientras que Cervantes ilustra y sazona determinados ambientes y escenas con esta jerigonza, como si pusiera un micrfono en el patio de Monipodio o ante los galeotes y grabara fielmente lo que all se dice. Parece por esto ms real la sencilla germana de Cervantes que la intrincada jcara de Hidalgo o Villadrando. La finalidad de los romances de Chaves-Hidalgo es la de que un rufin cuente su suceso a otros de su mismo pelaje, un conversar entre "colegas", la de Cervantes es la de dar a su amantsimo[21] y a veces desocupado[22] lector, ilustre o quier plebeyo,[23] pero siempre curioso[24] unos retazos o crnicas sin punta de amargura, luminosas, risueas, sin la carga moralizadora de la picaresca, pero poniendo un espejo ante el lector-espectador. El ardid de Cervantes es urdir una ficcin verosmil hacindose el cronista de una trama inventada s, pero vivida en su inventio. Como deca Pessoa O poeta un fingidor./ Finge to completamente/que chega a fingir que dor/ a dor que deveras sente..

Vale.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFA

 

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[1] El congreso tena como lema Los mundos posibles del Quijote celebrado en Roma (22-24 de febrero 2005) en la Universidad de Roma "La Sapienza" y organizado por el Dipartimento di Studi Romanzi. Mi charla la bautic Los suburbios de Cervantes.

[2] Alonso Hernndez, Jos Luis: El lenguaje de los maleantes espaoles en los siglos XVI y XVII: la Germana , Universidad de Salamanca, 1979, p. 10.

[3] Segn la definicin de Jos Gobello en su Diccionario Lunfardo el cocoliche es la lengua torpe y ridcula del italiano inmigrado.

[4] Alonso Hernndez, El lenguaje, 1979, p. 11.

[5] Rodrguez Marn, Francisco, La crcel en que se engendr el Quijote, Madrid, "Revista de Archivos, bibliotecas y Museos", 1916

[6] Hernndez Alonso, Csar y Sanz Alonso, Beatriz, Germana y sociedad en los Siglos de Oro, La crcel de Sevilla, Universidad de Valladolid, 1999.

[7] Lunfardismos y voces de la literatura lunfardesca usados por Cristbal de Chaves en sus Romances de Germana y consignados en el Vocabulario de germana del mismo autor, Comunicacin Acadmica N 4 del 15 de septiembre de 1963 en la Academia Portea del Lunfardo.

[8] Hernndez Alonso, Csar y Sanz Alonso, Beatriz, 1999, p. 400.

[9] As comenta Eugenio Asensio, Itinerario del Entrems, Madrid, Gredos, 1971, pp. 88. Aade que Rodrguez Marn le cuelga la paternidad a Cristbal de Chaves. Eugenio Asensio aclara que es annimo y que la fecha probable de composicin puede ser 1612. El entrems de La Crcel de Sevilla, aparece en la Sptima Parte de las Comedias de Lope de Vega, publicadas en 1617.

[10] Hernndez Alonso, Csar y Sanz Alonso, Beatriz, 1999, pp. 399-400.

[11] Quijote, ed. de Florencio Sevilla Arroyo, Madrid, Castalia, 1999, (1-xxii).

[12] Subrayo este dato porque es bastante obvio que la fecha de composicin es anterior o contempornea a la de la primera parte del Quijote, pues en el captulo 47 de esa primera parte publicada en 1605 se puede leer: El ventero se lleg al cura y le dio unos papeles, dicindole que los haba hallado en un aforro de la maleta donde se hall la Novela del Curioso impertinente, y que pues su dueo no haba vuelto ms por all, que se los llevase todos, que pues l no saba leer, no los quera. El cura se lo agradeci y, abrindolos luego, vio que al principio de lo escrito deca: Novela de Rinconete y Cortadillo, por donde entendi ser alguna novela y coligi que, pues la del Curioso impertinente haba sido buena, que tambin lo sera aquella, pues podra ser fuesen todas de un mesmo autor; y, as, la guard, con prosupuesto de leerla cuando tuviese comodidad. Entre 1590 y 1612, sin precisin, se suele poner la fecha de composicin de las Novelas Ejemplares.

[13] Rinconete y Cortadillo, ed. de Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Centro de Estudios Cervantinos, Alcal de Henares, 1994, pp. 571-574.

[14] Compuesto a finales de 1613, principios de 1614, como apunto en mi artculo La irnica estrategia de Cervantes: El rufin viudo, en prensa en la revista Teatro de la Universidad de Alcal.

[15] Alguacil: Bellacos, no le ass? Corchete 2: Seor nuestro amo,/ sabe lo que nos manda? No conoce/que es el seor Cristbal el delinque?/ Alguacil: Que siempre le he de hallar en estas danzas!/ Por Dios, que es cosa recia! No hay paciencia/que lo pueda llevar! 1615, Comedia famosa intitulada El rufin dichoso, ed. de Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Centro de Estudios Cervantinos, Alcal de Henares, 1995, p. 362.

[16] Torrente: [] Que te tenga avasallada/un lacayo de tal modo,/que por l dejes el todo,/y te acojas al nonada?/Que a un borracho te sujetes,/que cuela tan sin estorbos,/ que unos sorbos y otros sorbos/son sus briznas y luquetes?/Oh mujeres, que tenis/ condicin de escarabajo! [] Cristina: Pues, quirole yo, mezquina,/o, por ventura, hago caso/yo de buzaque? Torrrente: Hablad paso;/moderad la voz, Cristina,/que no sabis quin os oye,/y haced con prudencia diestra/que la humilde suerte vuestra/con la que tengo se apoye,/y verisos encumbrada/sobre el cerco de la luna. 1615, Comedia famosa de la entretenida, ed. de Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Centro de Estudios Cervantinos, Alcal de Henares, 1995, pp. 726-727.

[17] 1545-1565, Lope de Rueda, Pasos, ed. de Jos Luis Canet, Madrid, Castalia, 1992, p. 298.

[18] En su obra Gracioso razonamiento en que se introduzen dos rufianes: el uno preguntando, el otro respondiendo en germana, 1988, p. 75, v. 50.

[19] Contiene este pliego seis romances muy curiosos, en el Romancero General, Madrid, B.A.E., tt. X y XVI, ed. de Agustn Durn.

[20] El rufin dichoso, Eds. Florencio Sevilla Arroyo y Antonio Rey Hazas, Alcal de Henares, Centro de Estudios Cervantinos,  1995, p. 422.

[21] As apostrofa Cervantes al lector en su prlogo a las Novelas Ejemplares.

[22] Esto dice Cervantes en su prlogo a la primera parte del Quijote.

[23] En el prlogo a la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

[24] En el prlogo de Viaje del Parnaso.