Garrosa Gude, José Luis. Sobre : Henry Parker, La princesa de cristal y otros cuentos populares del viejo Ceilán, ed. de Luisa Helen Frey, Santiago Cortés Hernández y José Manuel Pedrosa. Madrid: Páginas de Espuma, 2006; 256 pp. Culturas Populares. Revista Electrónica 2 (mayo-agosto 2006).

http://www.culturaspopulares.org/textos2/notas/garrosa.htm

ISSN: 1886-5623

 

 

 

Henry Parker, La princesa de cristal y otros cuentos populares del viejo Ceilán, ed. de Luisa Helen Frey, Santiago Cortés Hernández y José Manuel Pedrosa. Madrid: Páginas de Espuma, 2006; 256 pp.

 

 

Con La princesa de cristal y otros cuentos populares del viejo Ceilán, el público español tiene la oportunidad de leer, por primera vez en su idioma, una antología de cuentos de la rica tradición oral ceilandesa. Luisa Helen Frey –autora también de la portada y de las hermosas ilustraciones que acompañan los textos– y Santiago Cortés Hernández son responsables de la traducción y edición de casi medio centenar de las narraciones contenidas en Village Folk-Tales of Ceylon. En esta monumental obra, dividida en tres volúmenes publicados en Londres entre 1910 y 1914, el funcionario y folclorista británico Henry Parker reunió 266 mitos, cuentos y leyendas de Ceilán y los anotó con minuciosos comentarios y reflexiones antropológicas y culturales de todo tipo. Como indican los editores, han realizado una traducción literal del texto inglés, a su vez fiel al estilo oral de los cuentos originales, de acuerdo con el testimonio del propio Parker, que transcribió los relatos con exactitud y con criterios etnográficos considerados aún hoy válidos.

            Asimismo, el ya de por sí espléndido volumen se ve enriquecido con dos interesantísimos estudios sobre el cuento popular. El primero es una presentación del profesor Fradejas Lebrero en la que el erudito señala el parentesco del cuento El rey malvado y el príncipe adoptado que sobrevivía a todas las pruebas, el número 20 de la antología, con la leyenda de Gárgoris y su nieto Habis, antiquísima e inserta ya en las crónicas latinas. En ella se narra la historia de estos dos soberanos míticos de Tartesos, cómo Habis sobrevive a los intentos de asesinato por parte de su abuelo –avergonzado por el nacimiento del niño, pues era el fruto de sus amores incestuosos con su propia hija– y la posterior relevancia del joven como héroe cultural y civilizador de esa parte de Iberia. El segundo estudio, llamado “La selva de los cuentos”, es un extenso trabajo de José Manuel Pedrosa, quien realiza un análisis comparatista de algunos relatos y nos revela la universalidad de los motivos y los tipos del cuento folclórico que reaparecen aquí y allá, a lo largo de todas las épocas y en diversas culturas. Así, enumera y describe las profundas relaciones existentes entre estas historias procedentes de la actual Sri Lanka y otros textos folclóricos documentados en Argentina, China, Rusia o la antigua Grecia, además de establecer asombrosos parentescos con la misma Biblia o rastrear paralelismos con el romancero hispánico y la narrativa de García Márquez.

En esta edición crítica y excelentemente documentada tampoco podía faltar una tabla de concordancias entre los cuentos seleccionados en La princesa de cristal y los reconocidos en The Types of International Folktales. A Classification and Bibliography, Based on the System of Antti Aarne and Stith Thompson, el catálogo universal de tipos cuentísticos publicado en 2004 por Hans-Jörg Uther. Los editores también incluyen otra tabla, con correspondencias entre las versiones ceilandesas y españolas, y cierran el volumen con un útil glosario en el que se aclaran términos y expresiones y se consignan numerosos datos sobre la peculiar realidad humana y natural de Ceilán.

            El lector que se acerque a La princesa de cristal y otros cuentos populares del viejo Ceilán asistirá asombrado a un desfile de ogros y ogresas, príncipes y princesas encantadas, variados objetos mágicos, reinos remotos, leyendas de orígenes, hábiles estratagemas, increíbles metamorfosis, ritos mágicos y de propiciación, encantadores de cobras y un sinfín de personajes –humanos y animales, divinos y demoníacos– e historias surgidas de la amalgama de pueblos –sobre los primitivos veddas, los nativos cingaleses y tamiles y, tras la llegada de los portugueses, los colonos holandeses y el posterior dominio británico– con la que se hizo posible el desarrollo de múltiples civilizaciones y la creación, recreación y transmisión de este riquísimo acervo folclórico en la lejana isla del Índico.

            No es, sin embargo, un libro que sólo ofrezca el típico derroche de fantasía y las aventuras imposibles esperables en las colecciones de cuentos maravillosos al uso. Aunque eso sería suficiente para justificar una antología de este tipo, el presente volumen, además, sitúa los relatos en su contexto literario y ofrece un abundante aparato crítico, con lo que se aúna el placer de la buena literatura con el rigor científico necesario en un título de Literatura Comparada. En La princesa de cristal se aprecian los profundos vínculos genéticos que subyacen en todas las ramas de la tradición oral y se comprueba a simple vista la semejanza de los relatos folclóricos, cualquiera que sea el pueblo que los cuente o el momento histórico en el que se difundan. A este respecto, son especialmente clarificadoras las siguientes reflexiones del prólogo de José Manuel Pedrosa, unas palabras que apuntan, con una metáfora botánica y una vez más en los trabajos de este profesor de la Universidad de Alcalá, hacia la teoría de la monogénesis, plena de sugerencias y –gracias a libros como éste– la vía de análisis de la tradición oral más adecuada y con más futuro en nuestros días:

 

Los pasos que trazan los cuentos en su atareado ir y venir sobre el mapa de la tierra podrían formar el dibujo –si hubiera quien fuera capaz de dibujarlos– de una selva tan intrincada, tan laberíntica, como la que se extiende sobre una buena parte de la isla de Sri Lanka. Y acaso más, porque nada habría más fácil, en ese caso, que constatar que, por más insular, singular y específica que parezca la tradición cuentística del remoto enclave –varado en el océano Índico– de Ceilán, sus flores podrán ser exóticas pero no endémicas, preciosas pero no exclusivas; y que sus ramas son mecidas por vientos que no son sólo los de la gran isla, sino los que recorren y traspasan todas las latitudes del mundo sin someterse a límites geográficos ni a fronteras administrativas.

 

            Estamos, pues, ante un libro bello, magníficamente traducido y editado por Luisa Helen Frey y Santiago Cortés Hernández, dos jóvenes y muy prometedores investigadores mexicanos en el campo de la Lingüística Aplicada y la Literatura Comparada. Una auténtica joya para los aficionados al cuento tradicional, para los amantes de los mundos exóticos y, a la vez, un estudio de primer orden para cualquier persona interesada en los estudios culturales comparatistas. Sabemos que La princesa de cristal volará tan alto como la protagonista del cuento del mismo nombre, por lo que sólo nos resta concluir deseando que los autores nos ofrezcan –como si fueran los dones mágicos recurrentes en estas historias maravillosas– nuevos títulos, con la calidad literaria y la altura científica a las que ya nos ha acostumbrado este libro. 

 

 

José Luis Garrosa Gude