Lorenzo Arribas, Josemi. Orfeos de manivela... o cuando la msica dej de ser un arte performativo (a propsito de un CD con instrumentos mecnicos de la Fundacin Joaqun Daz, de Uruea). Culturas Populares. Revista Electrnica 4 (enero-junio 2007).

http://www.culturaspopulares.org/textos4/articulos/lorenzo.htm

 

ISSN: 1886-5623

 

 

Orfeos de manivela... o cuando la msica dej de ser un arte performativo

 (a propsito de un CD con instrumentos mecnicos

de la Fundacin Joaqun Daz, de Uruea)

 

Josemi Lorenzo Arribas

Universidad Complutense

 

Resumen

La reproductibilidad del sonido supuso un cambio en la recepcin musical, comparable tan slo en la Historia de la Msica a la invencin de la escala y la notacin musical. Antes de la fonografa, los instrumentos mecnicos fueron capaces de producir automatizadamente msica, sin necesidad de intrpretes, comenzando con un cambio de paradigma de trascendentales consecuencias. Todava hoy, estos instrumentos tienen vigencia, a pesar del nulo inters que despiertan entre las investigaciones musicolgicas.

Palabras clave: recepcin musical, fonografa, cajas de msica.

 

Abstract

Sound reproduction meant a change in musical reception, comparable, in the history of music, only to the invention of musical scale and notation. Before phonography, mechanical instruments were already capable of producing music automatically, without the need of performers, iniciating a change of paradigm with far-reaching consequences. Nowadays, these instruments are still in use, even though no attention is paid to them by musicological research.

Keywords: Musical Reception, Phonography, Musical Boxes.

 

 

E

stas pginas son una reflexin motivada por la escucha de un CD de los catalogables bajo el cmodo epgrafe de raros y curiosos que, bajo el ttulo de Instrumentos mecnicos, ha sido grabado y editado en 2006 en una produccin de la Fundacin Joaqun Daz para el Museo Etnogrfico de Castilla y Len (Zamora).[1] En l, 33 cortes muestran el sonido de 14 artilugios musicales que reproducen msica de una manera mecnica, acompandose la grabacin de un interesante y documentado estudio en una carpeta de sesenta pginas, que ofrece una gua de lectura que permite trascender la simple ancdota, para adentrarnos en una parte, olvidada y despreciada, de la Historia de la Msica. Olvidada, como la autora de las pginas de dicha carpeta, por ms que predecible, debidas al infatigable investigador y animador de los cotarros de la cultura popular, Joaqun Daz, en cuya Fundacin se atesoran un buen nmero de tales instrumentos mecnicos.

Hoy, en las sociedades occidentales urbanas, el exceso continuo de estmulos sonoros ha provocado que el silencio sea un valor en alza, un bien preciado. Dicha saturacin de decibelios no slo viene motivada por esa difusa sucesin de sonido que llamamos ruido, en su mayor parte provocado por el trfico de vehculos a motor (clxones, frenazos, motores), sino tambin por un sinfn de referencias sonoras, a la cual no es ajena la inflacin musical sin precedentes que se ha instalado en nuestra cotidianidad. Junto a todo esto, la propia msica contribuye tambin a la saturacin sonora. Omos msicas diversas, sin ejercer un acto expreso de voluntad, en los medios de comunicacin, al entrar a un comercio, o al pasear por una calle, bien de la msica que se escapa del interior de establecimientos o bien por la interpretacin en directo de grupos y msicos callejeros. Adems, escuchamos msica voluntariamente, a travs de los diversos lectores y soportes de msica grabada (CD, mp3, telfono mvil, videojuegos, cassettes, online, radio) o, en el mejor de los casos, en el contexto ideal: el concierto, aunque hoy sea porcentualmente residual el nmero de veces que se escucha msica en vivo, arrancada a los intrpretes, en relacin al caudal de msica que escuchamos, u omos, por estos otros medios. La msica todo lo invade, y nos harta en ocasiones, hasta el punto de que llegaremos a ver el momento en que comercialicen CDs de silencio, en que lo que se venda, precisamente, sea la ausencia de msica, la posibilidad de abstraerte tanto del medio que se llegue a no escuchar nada: el no-sonido.[2]

Esta saturacin musical, en la poca preindustrial, no se habra podido ni entender, porque antes la msica tena la naturaleza de suceso, de acontecimiento. Cuando haba msica se supona que era porque haba un contexto de recepcin que implicaba estar que la gente estaba inmersa en una celebracin, fuera sta del tipo que fuere. Dos eran los principales contextos donde apareca la msica. Por un lado, el mbito religioso. Frente a todas las discusiones que desde los tiempos evanglicos discutieron sobre la conveniencia o no de la msica, sta estuvo presente en la Iglesia, llegando a ser un signo distintivo de esta institucin el canto llamado gregoriano, laus perennis que se sustanciaba en el Oficio divino, remedo del sempiterno coro de ngeles que no paraba de cantar alabanzas a Dios. Esta msica (musica instrumentalis, en la categorizacin tripartita de Boecio) se consideraba, de este modo, con vocacin de ubicuidad, llenando tiempo y espacio, del mismo modo que la musica mundana (la de las esferas) y la musica humana (la del microcosmos, como la armona de los humores del cuerpo humano) sonaba continuamente, posibilitando la armona, un concepto de enorme trascendencia terica, teolgica, y musical.

Por otro lado, la msica hacia su presencia necesaria en el contexto de la fiesta, fuera sta cvica o popular. La msica era expresin de alegra y gozo, frecuentemente acompaada de danzas y otras manifestaciones asociadas al placer, fin perseguido por todas las generaciones humanas, y alabado cuando ste llegaban a consumarse. La msica vena a ser sinnimo de fiesta, o, mejor, era la propia fiesta, metonimizndola.[3] Entonces, para que sonara la msica deba haber msicos interpretndola, y el contexto musical se asociaba a un tiempo y a un espacio absolutamente determinado. Slo se y no otro, si se quera disfrutar de la epifana musical.

As permaneci este panorama, idntico durante siglos, hasta el advenimiento de la fonografa. La grabacin de registros fonogrficos, fijando para la posteridad lo que hasta entonces era impensable, produjo que lo que antes se haba caracterizado por su carcter efmero y nico, como lo era cada acto performativo musical, quedase como un producto fijo, inalterable y repetible con exactitud en contextos muy variados. Con esto se rompa una de las caractersticas de las llamadas artes msicas, en expresin de Johann Huizinga,[4] su performatividad. Pero el objeto que aqu nos ocupa, los instrumentos mecnicos, son anteriores a la fonografa y la grabacin del sonido en placas de pizarra, de las que despus se arrancara mediante una aguja que fuera recorriendo los surcos donde dicho sonido hubiera quedado registrado, pero se sitan como precedente de la fonografa precisamente porque facilit la reproductiblidad de la msica (como los discos) gracias a un ingenio mecnico. Ya no hacan falta msicos en directo, y de hecho, es ahora cuando nace esta expresin, msica en directo, que desde entonces comenz a tener sentido, pues antes era una autntica apora: si no haba ejecucin musical, no haba msica. Esta repetibilidad de la msica (mecnica, elctrica, electroacstica, digital) provoc la misma revolucin que, en su da, supuso la imprenta para la produccin seriada de fuentes escritas, o lo que implic el grabado para la popularizacin de ciertos motivos iconogrficos, como resalt Walter Benjamin en su famoso ensayo La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica (1936), en el que la msica ocupa slo discretsimas citas, a pesar del desarrollo de la industria fonogrfica por esa poca.[5]

Para la msica, la reproductibilidad tcnica del sonido supuso un cambio tan importante como supuso la invencin de un mtodo cientfico para aprender a cantar ideado por Guido dArezzo en la primera mitad del siglo XI (expuesto en el Micrologus), combinada con su aplicacin a la notacin musical.[6] Con el sistema ideado por el terico italiano ya no era necesario confiarse exclusivamente a la memoria y a la repeticin para aprender piezas, sino que stas se hacan autnomas de la propia ejecucin mediante su traslacin al papel, mediante un lenguaje codificado, el musical, que cualquier otra persona poda descifrar aun sin haberla odo nunca. La combinacin del alfabeto musical (cada altura era representada por una letra) con la disposicin de los mismos en un sistema de lneas (precedente del pentagrama), permita conocer la altura de los sonidos all escritos. Otras cuestiones de interpretacin, como el fraseo, o la intensidad, quedaba a merced de los antiguos neumas, en conjuncin con pequeos signos convencionales.

La memoria dej de erigirse en la nica fuente de conocimiento para saber interpretar una pieza. Fue en los albores del siglo XI la primera vez que la msica, en su vertiente prctica, sonora, y no meramente especulativa, se separaba de la performatividad hasta entonces imprescindible. Ya no se podan suscribir las palabras de San Isidoro: Soni pereunt quia scribi non possunt (Sus cantos [...] se transmiten por tradicin [...] pues si sus sonidos (melodas) no se grabaran en la memoria se perderan, porque no pueden recogerse por escrito).[7] Poco despus, por tanto, del ao mil se produjo un salto cualitativo en la reproductibilidad de la msica que ha tardado novecientos aos ms en dar una segunda vuelta de tuerca, uniendo as al monje benedictino con la industria fonogrfica. Con sta, la msica perda una de sus caractersticas intrnsecas, la performatividad, a pesar de lo cual, no parece que alterase sustancialmente su naturaleza,[8] aunque s su modo de recepcin y de entendimiento de algunas de sus claves fundamentales.

Los instrumentos mecnicos suponen un precedente de la fonografa en cuanto a la repetibilidad sonora, por ms que no entren en las reflexiones que actualmente se estn haciendo de este tema, acaparadas por la fonografa fundamentalmente, con la revalorizacin que las primitivas placas grabadas, ya en el siglo XX, tienen hoy. Pero hasta entonces, cuando no se poda disfrutar del escuche de la msica sin msicos, el nico recurso que caba para el disfrute de la misma, cuando no haba ocasin de poderla escuchar en su formacin ideal, fue el arreglo musical para otros instrumentos, lo que ms tarde conoceramos como versiones o reducciones, facilitando el proceso. As, en el siglo XVI los instrumentos de cuerda pulsada (vihuelas, lades y arpas) y tecla (clavicordios, virginales) fueron los idneos para reproducir el juego polifnico y contrapuntstico, y grandes compositores hicieron de los arreglos idiomticos para otros instrumentos de piezas muy clebres columna vertebral de su corpus musical.[9] Pero obviamente, no supona una automatizacin de la reproduccin. Simplemente la suplantacin de la msica original, para un coro de distintas voces, por ejemplo, por un simple instrumentista. Se facilitaba el consumo musical, adaptndolo, pero no se automatizaba.

 

La ilusin de la automatizacin de la reproduccin sonora

Los precedentes, no obstante, venan de antiguo, y no slo aplicados a la automatizacin de la reproduccin sonora, sino que tambin se intent mecanizar la propia prctica compositiva, desde los tiempos de Athanasius Kircher (1602-1680), inventor del primer sistema algortmico de composicin musical, el arca musarithmica, que expuso en 1640, pasando por experimentos en los que participaron los mismsimos Mozart, Haydn o Beethoven, hasta que Arnold Schoenberg, con el sistema dodecafnico, inventara la primera aplicacin seria, rigurosa y masiva de un sistema de composicin algortmico,[10] aunque no automatizado, y lo que aqu nos interesa es precisamente la automatizacin de la reproduccin de sonidos y melodas previamente compuestas, erigidas en obra de arte musical. Ms all de cabezas parlantes medievales y artilugios similares,[11] y en la Modernidad todava, fueron los maestros relojeros los encargados de obrar el ingenio, al incorporar la sonera en los relojes para amenizar el paso de las horas, sobresaliendo en este cometido, como no poda ser de otra manera, los artfices suizos, punteros en todo lo que a relojera se refiere, fama que contina produciendo beneficios en la actualidad, y que ha sabido competir con el boom de los relojes digitales japoneses que se produjo en la dcada de los ochenta del siglo XX, aunque no fueran los pioneros en los instrumentos propiamente mecnicos.

No pretendo trazar aqu la historia de los androides musicales,[12] que sera materia de un estudio especfico, pero s recuerdo que se conserva un autmata musical extraordinario, por cronologa y factura, de origen espaol, en el Kunsthistorisches Museum de Viena

 

                      

Autmata musical (Kunsthistorisches Museum de Viena, Austria)

(Austria), que representa a una citarista, y data, segn la ficha catalogrfica, de la segunda mitad del siglo XVI.[13] Al modo de las imgenes de vestir, consista en una estructura que sostena cabeza y pies, ms el engranaje musical, sobre la que se dispona un suntuoso vestido, que en este caso vena tambin con los brazos de la taedora.

Deba ser este tipo de objetos a los que se refiere el humanista espaol Cristbal Villaln (1510-1562) en Dilogo acerca de la superioridad entre lo Antiguo y lo Moderno, cuando se pregunta:

Qu cosa puede aver de ms admiracin que aver hallado los hombres industria como por va de unos reloxes, que unas ymgines y estatuas de madera anden por una mesa sin que ninguno las mueva, y juntamente, taan con las manos una vihuela, o atabal, u otro instrumento, y vuelba una vandera con tanto orden y comps que un hombre bivo no lo pueda hazer con ms perfeccin?[14]

 

Ms tarde llegaran los autmatas que accionaban un teclado, cual organistas, aparentando que taan la msica que sonaba del mecanismo interior, ya automatizada.

 

Instrumentos mecnicos

Si hasta entonces los escasos autmatas que reproducan sonido eran piezas de autntico lujo, objetos nicos y artesanales, la Revolucin Industrial consigui hacer en serie, y por tanto abaratar su precio, unos ingenios que vendran a sustituir a esas primitivas obras de arte, saliendo del ambiente cortesano y del entorno del capricho coleccionista de las personas ms pudientes. As, a la tradicional catalogacin de los instrumentos musicales en familias, que finalmente quedara establecida en tres grandes, con innmeras subdivisiones (cuerda, aire y percusin), en el siglo XIX habra de unrsele una ms: la de los instrumentos mecnicos. Por fin, con stos, se consegua el anhelado propsito, que era el de disfrutar de la msica sin msicos presentes que la interpretaran![15]

A su vez, los instrumentos mecnicos pueden subdividirse de acuerdo a determinados criterios. En el CD que ha dado pie a estas pginas, Instrumentos mecnicos, se ha seguido una clasificacin eficaz acorde al mecanismo sonoro, resultando las siguientes subespecies instrumentales:

 

h Cilindro de pas sobre peine de metal (cajas de msica)

h Disco con pas sobre peine de metal (symphonion, polyphon, caja Edelweiss)

h Cilindro de pas combinado con sistema neumtico (rganos de rodillo, de Barbarie, serinette)

h Sistema neumtico y rollos de papel (organito de manivela, celestina, pianola)

-Sistema neumtico con discos perforados (aristn)

Curiosa taxonoma, que rara vez se ver en un manual de conservatorio.[16] Tanta gama estuvo animada, en ltima instancia, por el olfato comercial, y la consecucin de instrumentos apetecibles para el gran pblico (era produccin industrial, y ya no artesanal) y por tanto acoplables a las cada vez menores dimensiones del espacio domstico, inicindose una relacin dialctica entre la miniaturizacin y la calidad del sonido que el aparato poda producir: de lo que se trataba era de vender el mayor nmero de ellos. Menos filigranas, y ms funcionalidad para captar clientes que amortizaran los costes de su produccin masiva.

         

   

 

Caja de msica Reuge (Fundacin Joaqun Daz, FJD)         Caja redonda de msica de manivela (FJD)[17]

 

 

Las primeras cajas de msica datan del siglo XVIII, y lean las piezas gracias a un peine afinado cromticamente, que haca las veces de teclado y era accionado por un rodillo dentado que mova sus dientes. Cada diente era dispuesto en dicho rodillo en orden sucesivo, segn las alturas de la meloda, y el rodillo se mova manualmente gracias a un manubrio, externo a la caja, accionado por quien quera hacer sonar el invento. Llegara a ser muy popular en el siglo XIX, ya que para taerlo no haca falta ningn conocimiento musical, y la nica accin posible sobre la pieza se limitaba a la aggica. Por primera vez, se poda hacer msica sin ser msico ni saber tocar ningn instrumento. Por vez primera, tambin, Orfeo no haba de portar lira, vihuela, ctara ni otro instrumento musical cuya competencia se le presupona. Bastaba conque el indito intrprete accionara una manivela, y la msica sonaba.

Los primeros instrumentos musicales mecnicos fueron el Ariston y el Herophon, capaces de leer hojas perforadas de cartn. Hacia 1890 llegaran las cajas musicales, tambin con nombres evocadores acabados en –on, evocando a travs del sufijo griego un aura de legitimidad antigua, como Polyphon y Symphonion, u otros como Kalliope. Slo con la introduccin de tcnicas neumticas se pudieron fabricar pianos autoejecutantes o pianolas (Phonolas o Pianolas), que llenaron los salones de los hogares de familias de clase media urbana, y adems permitieron articular una graduacin dinmica relativamente satisfactoria.

Mecanismo de la Caja de msica Thorens (FJD)

 

Las pianolas, finalmente, reprodujeron de una manera inusitada hasta entonces, por su fidelidad, el sonido de los pianos, en este caso accionando los pedales y sin necesidad de pianista que acaparase el protagonismo! Todo un invento que acabara con el ego de ms de un intrprete de saln, que dejaba de ser imprescindible.

 


Vigencia de los instrumentos mecnicos

La fonografa cambi el modo de entender la msica y, por otra parte, ofreci a las generaciones venideras una posibilidad de la que hasta entonces se haba carecido, la de entender la msica de una poca escuchndola (ms all del pentagrama, o de factores extramusicales). En las ltimas dcadas, estas grabaciones pioneras de finales del siglo XIX y principios del XX han servido para animar el debate sobre la pureza en la interpretacin musical, al calor de los debates sobre los criterios de interpretacin historicista. As, adems de conocer, por ejemplo, cmo se interpretaba a Beethoven o a Bach a comienzos del siglo XX, ha sido conocida la polmica que suscit la escucha de una grabacin de 1904, en que el castratto Alessandro Moreschi, el ltimo de estos peculiares cantantes, interpretaba el clebre Ave Mara de Gounod,[18] con unos criterios totalmente sorprendentes para un odo actual, y eso que no haca ni cincuenta aos que se haba compuesto la obra.[19] Si alguien hubiera interpretado hoy la pieza con esos criterios, la crtica hubiera cado con implacable ferocidad sobre el excntrico intrprete.

Poyphon (FJD)

Obviamente, los instrumentos musicales mecnicos no compiten con la fonografa a la hora de conocer cmo sonaba una tonada popular, pero tambin ellos despiertan inters en la actualidad, y se atesoran en pequeos Museos especializados que recogen esta herencia, como el Museo de Autmatas Musicales de Seewen, en el cantn suizo de Soleura, o el Museo de la Msica Mecnica de Cillon le Brave, cercano a Avignon (Francia),[20] que cuenta con cajas de msica, autmatas, armonios, pianolas, o artilugios como el Orchestrion, el rgano Gasparini o el Manopan etc. En Espaa, destacan los ejemplares depositados en la riqusima Coleccin de Instrumentos Musicales de la Fundacin Joaqun Daz en Uruea (Valladolid), y otros ejemplares sueltos, dispersos en diversas instituciones, particularmente pertenecientes a Patrimonio Nacional.[21]

Organillo (FJD)

 

Se ha puesto de moda en los ltimos aos comprar pequeos mecanismos de cajas de msica compuestos del tradicional cilindro de pas sobre peine de metal, con diversas melodas, cuya oferta en algunos casos es muy amplia, y slo hay que mirar, entre otras muchas empresas del ramo, el catlogo de Protocol, una catalana de juguetera que los comercializa,[22] que excede el centenar de melodas, con oferta tan eclctica que incluye desde la tradicional Granada, de Agustn Lara (presente, por cierto, en una versin para caja organillo en este disco), a la ms reciente Corazn parto, del cantautor popero

rgano de barbarie (FJD)

Alejandro Sanz, recorriendo distintos estilos y pocas. Adems, estos instrumentos de juguete est siendo integrado por ciertos grupos actuales, en su intento de reproducir ambientes y contextos musicales muy determinados, como por ejemplo CocoRosie, un sofisticado do estadounidense, compuesto por dos hermanas, que los emplea tanto en sus grabaciones como en sus actuaciones en directo, buscando en sus sonoridades algo que la electrnica no reproduce con la misma fidelidad. El timbre melanclico de las cajas de msica contina, pues, su popularizacin, con resabios nostlgicos que remiten en el imaginario colectivo a un pasado que no lo es tanto (apenas poco ms de un siglo), pero que funciona como tal.

Caja de msica (Musee d'Art et d'Histoire de Neuchatel)

Organolgicamente, el precedente de este tipo de mecanismo instrumental, caracterizado por el manubrio que acciona el engranaje que lo hace sonar, tiene el precedente en un instrumento musical antiguo, muy bien representado desde la Edad Media: el organistrum, que derivar en una pluralidad de nombres y morfologas: zanfoa, zanfona, sinfona etc.

Taendo el organistrum (Prtico de la Gloria, Santiago de Compostela, s. XII)

 

Para taer el organistrum, que en forma de zanfoa y ya taida por una sola persona, luego se hara instrumento casi icnico de ciegos, una de las manos de la pareja de intrpretes da vueltas a un manubrio que mueve una rueda que roza las cuerdas, unas al aire, cual bordones de gaita, y otras alterables en su altura musical mediante un teclado que otro intrprete pulsaba con ambas manos. El peculiar timbre de este instrumento, al igual que el de los instrumentos mecnicos, que lo hace tan reconocible (sean zanfoas, instrumentos mecnicos o, incluso, la gaita y el tradicional rgano de iglesia), radica en su inarticulabilidad. Es decir, no hay variacin dinmica, de intensidad (no hay fortes ni pianos).

Mecanismo de caja de msica de las que se comercializan hoy

 

El ltimo ejemplo de la vigencia de los instrumentos mecnicos es precisamente el CD que se trata aqu, a cuyo repertorio se le dedican las siguientes lneas.

 

El repertorio mecnico

Aqu, ms que hablar de la calidad musical de las piezas seleccionadas, habra que hablar de las virtudes y defectos tcnicos de los ingenios que las reprodujeron, y de la propia seleccin. Del primer punto no vamos a tratar, pues excede los objetivos de estas lneas, ms all de resaltar la correcta toma de sonido que provoca que casi parezca que tenemos las cautivadoras cajitas musicales en la propia sala donde la msica se reproduce, incluyendo tambin, cuando sucede, los ruidos procedentes de los propios engranajes que posibilitan la creacin del sonido.

En cuanto a la seleccin del repertorio, obviamente se compona del ms popular para esa clase media, compradora potencial de estos artilugios industrializados. Muchos se han perdido por lo efmero de sus materiales (rollos de papel, en muchos casos), o por lo efimero de un repertorio de moda, que dejaba de tener valor cuando otras tonadas desbancaban a sas en el gusto popular. El prestigio que conllevaba poder disponer de estos instrumentos tambin condicionaba el tipo de msica que en ellos se escuchaba, que iba en consonancia de este plusvalor social.

Los 33 cortes de que se compone el CD Instrumentos mecnicos[23] dan una buena pauta para rastrear los gustos de una poca y una clase social determinada. Se debe tener muy presente, en este punto, los lugares donde estos instrumentos de construan, ya que este hecho orienta y define el tipo de msica que tales empresas ponen a disposicin de su pblico, con un marcado carcter local, debiendo sumar tan solo el repertorio internacional de xito, casi universal, o, cuando la produccin se orientaba a una zona o pas determinados, los gustos que all imperaban. Es un acierto haber mezclado esas referencias meldicas de allende los Pirineos con otras canciones propias del acervo hispnico, para dar cuenta cabal de qu se escuch en estos artilugios.

As, se alterna la escucha de msicas de los happy twenties, como Kind ich schlafe schlecht de W. Kollo, o la foxtrotera La banda de trompetas, con otras piezas tan clebres como la Marcha Real espaola [Escuchar] o el God save the Queen. Escuchar estos autnticos himnos patrios en la intimidad del hogar, tan fuera de los contextos naturales en los que tradicionalmente se escuchaban, deba ser todo un acontecimiento en la poca. Lgicamente, el gnero ms representado es la cancin, como no poda ser de otro modo por su propia naturaleza cantabile. Si la meloda era pegadiza e inspirada se haca un objeto de xito comercial, con lo que el pblico ansiara tener, siquiera de forma rudimentaria, que en su da era ms bien sofisticada, la meloda mecanizada y siempre lista para su escucha. As eran las piezas en su da muy populares de compositores popularizantes de msica clsica, principalmente operetistas, que hoy son completos desconocidos, como Alfons Czibulka, Walter Kollo, y Leo Fall, hngaro, alemn y austraco, respectivamente. De naturaleza parecida es la exitosa Mack the knife, de Kurt Weill, ms conocida aqu por Makinavaja [Escuchar], o Nearer my God to Thee, himno religioso compuesto por Lowell Manson, y muy popular todava en los cancioneros adaptados de las parroquias de estos lares.

A pesar de lo rudimentario del mecanismo, hay complejos ritmos sincopados (Tus lindos ojos por ejemplo, tocada por el rgano de Barbarie), y piezas que, quiz por defecto del instrumento (una celestina) producen un efecto desasosegador, casi politonal, al modo de Charles Ives, que recuerda mucho, por cierto, a las antiguas bandas sonoras de los tiovivos de las ferias. Finalmente, no faltan pianolas, o la evocadora tonada que se extrae de una gran jarra de cerveza alemana, de porcelana, en cuya base se acoplaba una pequea caja de msica de la que emanaba una meloda bastante poco apta para invitar a beber cerveza, por cierto, pero que acompaaba bien la buclica escena pastoril que muestra en altorrelieve. La gracia es que el mecanismo se accionaba cuando la jarra se levantaba.

El CD se cierra con Granada [Escuchar], del maestro mexicano Agustn Lara, tema compuesto en 1932 (homenaje a una ciudad donde, por cierto, Franco le regal una casa al inspirado compositor, en agradecimiento) y reproducido aqu por un organillo. Este instrumento, al principio de mesa y dotado de lengetas, en el que una manivela mova rollos de papel codificado, fue inventado hacia 1861 en Francia, y perfeccionado por escoceses y norteamericanos, pero con el tiempo llegara a convertirse en el icono sonoro de Madrid, emblema de la msica castiza.

En resumen, un disco de gran valor documental que, junto al generoso estudio que le acompaa, lo convierten en un material de primera mano para estudiar esta prehistoria de la reproductibilidad tcnica del sonido, estos Orfeos de manivela, que hoy todava tienen uso y vigencia, aunque sea en las cajitas de msica que se compran como regalo, o en las melodas que han de escuchar los bebs en sus primeros meses que producen distintos objetos que les rodean, y que guardan en su interior un simple, pero mgico, mecanismo sonoro.



[1] El CD tiene la referencia BM-020.

[2] Los sucedneos son todos esos reclamos de CDs de Relajacin, construidos generalmente a partir de sonidos sintetizados (qu paradoja, acompaados de sus ttulos naturalistas), y/o con presencia de sonidos naturales pregrabados (agua, viento, cantos de pjaros). En el extremo opuesto, un interesante artculo sobre el uso de la msica como instrumento de tortura, a partir de prcticas recientes del ejrcito norteamericano, y otros experimentos, en CUSICK, Susanne F. (2006): La msica como tortura/La msica como arma. Revista Transcultural de Msica/Transcultural Music Review, 10,

 http://www.sibetrans.com/trans/trans10/cusick_cas.htm).

[3]  Excluyo otras msicas, como los cantos de trabajo, canciones de cuna cuya funcionalidad es distinta, y en el que la msica cumple otros objetivos, a travs de ciertos recursos (repeticin, balanceo, ritmicidad).

[4] Artes msicas, en la teora del pensador holands, eran aquellas cuya culminacin esttica se produce plenamente durante su ejecucin (performance), por oposicin a las artes plsticas y a las artes mechanicae. Entre las artes msicas figuran la msica o la danza, donde predomina un factor ldico inexistente en las otras: HUIZINGA, Johan (1990): Homo ludens. Madrid, Alianza Editorial, 188-189, 195-196.

[5] BENJAMIN, Walter (1989): Discursos interrumpidos I. Jess Aguirre (ed.), Madrid, Taurus, 17-60. Teodor Adorno, polemizando con Benjamin, s incluir la msica en sus reflexiones estticas. Un interesante estado de la cuestin entre las divergencias de ambos en Michell, Jorge (2003, julio): Adorno, Benjamin, el arte y las industrias culturales. En homenaje a Theodor W. Adorno (1903 -1969), con motivo de los cien aos de su nacimiento. Globalizacin. Revista Mensual de Economa, Sociedad y Cultura http://www.rcci.net/globalizacion/2003/fg357.htm).

[6] RUSCONI, Angelo (2007): Guido dArezzo. Goldberg. Revista de msica antigua, 46, 20-9.

[7] Etimologas, Libro III, cap. 5.2. Todava Leonardo, en el siglo XVI, era consciente de esta naturaleza efmera de la msica, lo que la colocaba en un estatus de inferioridad con respecto a la pintura: La pintura es superior a la msica, porque no tiene que morir apenas se la llama a la vida, como es el caso infortunado de la msica sta, que se volatiliza en cuento surge, va a la zaga de la pintura, que con el uso del barniz se ha hecho eterna, segn cita Walter Benjamin (1989: 45-6, nota 22). La fonografa, por extensin sera el barniz que permiti a la msica perpetuarse.

[8] Un caso prototpico de este cambio de paradigma lo constituye el pianista canadiense Glenn Gould, que abandon su exitosa carrera de concertista a los 32 aos para dedicarse nicamente a la grabacin de discos, medio ptimo para expresar la msica, en su opinin.

[9] Pensemos en los vihuelistas hispanos, intabulando obras del gran Josquin des Prez, Cristbal de Morales, Claude Sermisy, Juan Vsquez etc.

[10] ARACIL, Alfredo (1984): Msica sobre mquinas y mquinas musicales. Desde Arqumedes a los medios electroacsticos. Madrid, Fundacin Juan March; JORD, Sergi (2004): Msica e inteligencia artificial. Metrpolis. Revista Internacional, 1 (http://www.revistametropolis.com/display.php?ac=articulos&mostrar=11). Un buen resumen reciente de la importancia del jesuita alemn Athanasius Kircher: CAPUANO, Gianluca (2007): Athanasius Kircher y el sueo de la sabidura universal. Goldberg. Revista de msica antigua, 46, 54-65. La influencia de Kircher como relojero lleg a Mxico, a travs del tambin jesuita Alexandro Fabin, con quien se carte, incluyendo los ingenios mecnicos, y los musicales, entre los objetos de discusin (Pia Garza, Eduardo (2002, octubre): Atanasio Kircher en Puebla y la relojera del siglo XVII. Casa del Tiempo, 76-80, http://www.difusioncultural.uam.mx/revista/oct2002/pina.pdf).

[11] ARACIL, Alfredo 1984: 23. Sera un tema interesante vincular estos ingenios con la que ridiculiza Cervantes en el episodio del Quijote que tiene lugar en la casa de Antonio Moreno, cabeza que el hidalgo crea que estaba encantada (II, 62).

[12] Detallada en ARACIL, Alfredo 1984.

[13] Garca-Diego, Jos A. (1982): Los relojes y autmatas de Juanelo Turriano. Madrid, Tempvs Fvgit, pp LV-LX, figs 6.3-6.9. Hay ms informacin disponible en la Red: http://www.blackbird.vcu.edu/v1n1/nonfiction/king_e/prayer_6.htm

[14] Cit. en ARACIL, Alfredo 1984: 42.

[15] Se debe resaltar que estos nuevos ingenios mecnicos tenan ms vocacin de tales, de ingenios para reproducir, que no vocacin instrumental, pues no se trataba de inventar instrumentos que, con sus novedosos timbres, ampliaran la paleta de colores que los compositores pudieran utilizar para sus creaciones. La invencin de nuevos instrumentos, como las Ondas Martenot o similares, ya sera una creacin del siglo XX (Ibid.: 54-5).

[16] Ibid.: 50-3, adems de los comentarios amplios y documentados a la carpeta del CD.

[17] Fotografas extradas de http://www.funjdiaz.net/museo/ Agradezco a Joaqun Daz las facilidades ofrecidas para ilustrar este artculo, grfica y musicalmente. La coleccin de instrumentos mecnicos de dicha Fundacin, en http://www.funjdiaz.net/mecanicos.cfm

[18] Puede escucharse en http://www.coleccionfb.com/Sonido%2015.htm.

[19] A ella se refiere el extraordinario, y breve, libro de COOK, Nicholas (2001): De Madonna al canto gregoriano. Una muy breve introduccin a la msica. Madrid, Alianza, 75-6.

[20] http://perso.wanadoo.fr/musique.mecanique/

[21] Aristones, cajas de msica, organillos, pianolas, polyphon, symphonion, tocapianos en BORDAS IBEZ, Cristina (1999): Instrumentos musicales en colecciones espaolas, vol. I: Museos de titularidad estatal. Ministerio de Educacin y Cultura. Madrid, Centro de Documentacin de Msica y Danza, 341ss, fichas 802ss; ms aristones, cajas de msica insertas en bastones, candelabros, ctaras mecnicas, pianolas, tocapianos y relojes con sonera en la continuacin que se hizo de ese volumen: BORDAS IBEZ, Cristina (2001): Instrumentos musicales en colecciones espaolas, vol. I: Museos de titularidad estatal no dependientes del Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte. Patrimonio Nacional, Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid. Madrid, Centro de Documentacin de Msica y Danza, 301-320, fichas 577-627.

[22] http://www.rcci.net/globalizacion/2003/fg357.htm

Otras casas, como la francesa Lutce Crations, ofrece, adems del propio mecanismo musical, cajas de msica y otro tipo de aparatos similares: http://www.automates-anciens.com/version_espanola/cajas-musica-automatas/automatas-cajas-musica.htm

[23] Son 33, pesar de los engaosos y aparentes 14 que aparecen en los crditos, que no corresponden sino a los diferentes artilugios que los reproducen.